Artículo del director general de Íbersyd y presidente de la Comisión de Sostenibilidad del Clúster de la Energía de Aragón, Jesús Alijarde, para el diario Heraldo de Aragón.
Renovables y COP27: una oportunidad para Aragón
Un año más, el mundo celebra una Conferencia de las Partes (COP) en la que el discurso político y público orbita sobre la acción climática, y sobre cómo y cuándo los gobiernos deben impulsar la transición ecológica. Una semana de reuniones (y, al menos, otras dos de comunicaciones, estudios e informes previos y posteriores) sitúa el cambio climático en el centro del debate mundial.
Las COP son tan fructíferas e imprescindibles como frustrantes. Nada de lo allí comprometido será una realidad si no se consigue aterrizar en el día a día de la política estatal de cada país y a nivel local en cada comunidad, región o municipio. Nada de lo allí acordado podrá ser implementado con garantía de continuidad si las personas y las empresas a nivel particular no nos damos cuenta de que ya no vale con mantenernos al margen y tolerar discursos ambiguamente demagógicos. Debemos actuar en consecuencia y exigir compromisos personales y políticos consistentes y coherentes con la realidad del mundo que vivimos.
La energía es el elemento fundamental de nuestra civilización
La energía es el elemento fundamental de nuestra civilización: cada salto de nivel en la Humanidad ha venido protagonizado por una nueva forma de generación y utilización de la energía. Y, precisamente, el último salto cualitativo vivido en el siglo XX es el que ha comprometido nuestro futuro: los combustibles fósiles quemados durante los últimos 50 años son los responsables del cambio climático.
No obstante, está en nuestras manos realizar el nuevo salto cualitativo de nuestra civilización: el uso generalizado de la energía renovable y la electrificación de la economía. Para entender el camino a recorrer necesitamos varios datos ilustrativos. El primero es que la energía solar fotovoltaica y la energía eólica son las energías más baratas de producir desde hace varios años, por lo que empresas energéticas, bancos de inversión y fondos internacionales llevan más de cinco años invirtiendo en promocionar estos proyectos a nivel mundial.
El segundo aspecto es que, aunque llenemos todos los tejados de edificios construidos del mundo no alcanzaremos a cubrir ni el 15% de la energía necesaria para abastecer a nuestras casas de todos los recursos y bienes necesarios para vivir. El autoconsumo individual o colectivo nos independiza, nos da autonomía y capacidad de tomar mejores decisiones de consumo energético, pero que nadie se engañe: es una parte de la solución, pero no es la panacea.
El tercer aspecto tiene que ver con los modelos de consumo y relación en la sociedad. Si el vehículo de combustión eliminó a los caballos de las calles y carreteras, y desplazó a los peatones a un segundo plano en las ciudades, los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible deben sustituir en el mercado a los vehículos de combustión, y reconvertir las ciudades para el disfrute de las personas que las habitan. El economista del siglo XX Schumpeter lo denominó la destrucción creativa.
La actividad humana es un continuo que no se detiene
No debemos olvidar que la actividad humana es un continuo que no se detiene, y las nuevas formas de desarrollo industrial, tecnológico y social tienen unos requerimientos energéticos tremendamente superiores a lo que hemos conocido hasta ahora. Como ejemplo, el incremento del 20% del consumo eléctrico de Aragón debido solamente al centro de datos de Amazon en nuestra comunidad.
Una vez que aceptemos que necesitamos mucha más potencia y energía renovable instalada en el territorio, se podrán llegar a consensos de cómo y de qué manera lo hacemos. Debemos entender que Aragón tiene la oportunidad de ser una gran protagonista en el futuro económico, industrial y energético de España y de la Unión Europea. Mantener competitiva y sostenible a la industria agroalimentaria con energía renovable y agricultura sostenible es sinónimo de impulso a la energía renovable.
Potenciar nuevas actividades industriales basadas en el consumo intensivo de energía renovable -como los centros de datos, la producción de hidrógeno verde, la economía circular, la inteligencia artificial y la movilidad sostenible- debe ser el eje transversal y prioridad de las políticas públicas en Aragón.
Para ello, la clase política debe abandonar trincheras y, al menos en Aragón, enterrar ideas como moratorias o limitaciones políticas al desarrollo de renovables, y retomar el consenso generalizado del desarrollo sosteniblebasado en una energía limpia, sostenible y barata, con confianza en el trabajo de los técnicos de las administraciones. Esta es la mejor acción que debemos exigir para contribuir a dejar un buen legado a las próximas generaciones.
Renovables y COP27 una oportunidad para Aragón