Actualizado el jueves, 20 junio, 2024
El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, y como viene siendo habitual en los últimos años, se vuelve a celebrar en pleno debate internacional sobre la emergencia climática que vive nuestro planeta y las actuaciones que deben poner en marcha los gobiernos, empresas y ciudadanos para evitar la catástrofe ambiental.
Las evidencias de que vivimos una grave emergencia se amontonan día tras día en todos los rincones del planeta y, lamentablemente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), informe tras informe, nos revela un futuro más traumático.
Aunque el consenso es abrumador, siguen existiendo grupos nacionales e internacionales, con más o menos poder de decisión, que siguen negando la grave crisis que vivimos. Alineándose con sus intereses, existe aún una mayoría civil que sigue considerando el problema como algo que deben solucionar otros.
Un estudio de La University College London y otras universidades internacionales estimó en 2021 que el daño económico del cambio climático se había infravalorado hasta ese momento, y que las consecuencias económicas de no actuar, o actuar de manera insuficiente, son muy superiores a las inversiones necesarias para la adaptación: económicamente perderemos más si no invertimos ahora lo suficiente.
Junto al «shock» económico nos encontramos con el drama humano.Sabemos que los migrantes y refugiados climáticos van a aumentar hasta cifras difícilmente manejables, Manos Unidas estima que para 2050 se podría alcanzar la cifra de mil millones de personas huyendo del desastre ambiental y la Organización Mundial de la Salud prevé unexceso de mortalidad de 250.000 personas al año debido a malnutrición, paludismo, diarrea o estrés calórico.
Finalmente, los expertos en biodiversidad han categorizado nuestro tiempo como la sexta extinción masiva del planeta debido a la destrucción de hábitats, sobreexplotación de especies, contaminación y los efectos del cambio climático. Todo ello provocado por nuestra especie.
Tomar medidas
Para poder actuar en sentido correcto, es necesario saber sobre qué tenemos que tomar medidas, como individuos y como ciudadanos que viven en sociedad, y abordar el reto climático como una de las mayores oportunidades de nuestra historia para construir un nuevo orden mundial basado en la sostenibilidad. Para el necesario cambio de sentido en el modelo de desarrollo, hay tres bases sobre las que pivotarlo: la energía, el sistema de producción y el modo de consumo.
La energía mueve el mundo, lo ha hecho siempre. Los cambios tecnológicos para aprovechar nuevas fuentes de energía cada vez más potentes y eficaces han sido los verdaderos impulsores de las sociedades modernas. En la actualidad, las energías renovables son el verdadero vector de crecimiento de cualquier economía. Son las fuentes de energía más baratas, con menos externalidades negativas y están llamadas a transformar el modelo económico. No caben egoísmos, visiones cortoplacistas o de muy baja perspectiva: el impulso renovable de millones de megavatios a nivel mundial es completamente imprescindible.
Los modelos de producción y de consumo están estrechamente vinculados, ya que son las dos caras del sistema, pero la forma en la que se aborda cada perspectiva determina sus propias características. El nuevo modelo productivo debe estar basado en sistemas de producción no lineales, lo que se ha venido a llamar economía circular y, paralelamente, la sociedad civil debe ser más exigente con las empresas. Daniel Goleman lo expresa en su libro Inteligencia Ecológica con la frase «los dólares son los votos del siglo XXI», y es aquí donde las personas a nivel individual tenemos nuestro gran poder en las democracias; no solo votando, sino siendo consecuente con nuestros valores y compromisos con el medio ambiente.
En el Día del Medio Ambiental, el Clúster de la Energía de Aragón quiere manifestar su firme compromiso con la sostenibilidad ambiental, ayudando a las empresas en el reto de la descarbonización y tratando de concienciar a personas, empresas e instituciones de que el elemento fundamental sobre el que basar un mundo ecológicamente sostenible pasa por el impulso en la electrificación de la economía y la promoción de energía renovable y sus derivadas tecnológicas.
Pero no nos podemos quedar aquí; debemos pensar global y actuar localmente. La energía renovable en Aragón y la descarbonización de todos los sectores productivos va a suponer el principal eje de crecimiento económico en los próximos años y, además, debe ser la línea de actuación sobre la que contribuir a un mejor medio ambiente, más saludable para las personas y para la biodiversidad de nuestra tierra.
La obligación de nuestro tiempo es corregir los excesos y errores en consumo y derroche energético para que las próximas generaciones puedan tener un mundo amigable y biológicamente equilibrado. Nuestro derecho es disponer y poder disfrutar responsablemente del medioambiente, la biodiversidad y los avances técnicos. Actuemos. Feliz Día del Medio Ambiente.
**Jesús Alijarde es presidente de la Comisión de sostenibilidad del clúster de la energía de Aragón